La diabetes mellitus es una enfermedad que afecta diferentes órganos del cuerpo. Los ojos también pueden ser afectados por la diabetes y causar trastornos, a veces graves, que pueden incluso llevar a la ceguera. Los pacientes diabéticos requieren de un estricto control oftalmológico ya que en ellos pueden aparecer cataratas, glaucoma, y muy importante, los pacientes diabéticos estan expuestos a la posibilidad de desarrollar alteraciones en el fondo de ojo. Este último problema es lo que se conoce como Retinopatía Diabética.
 

¿Qué es la retinopatía diabética?

  La retinopatía diabética es una complicación ocular de la diabetes, causada en gran medida por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina. La retina es la estructura ocular encargada de captar la imagen que luego el nervio óptico transmite al cerebro. Por este motivo una afección de la retina puede tener un gran impacto en la visión.

Los vasos sanguíneos de la retina afectados por la diabetes pueden dejar salir líquido y así producir edema (hinchazón) de la retina o bien pueden dejar salir sangre y causar hemorragias. Cuando la sangre o líquido que sale de los vasos lesiona o forma tejidos fibrosos en la retina, la imagen enviada al cerebro se hace borrosa.

Los pacientes que han padecido diabetes por largo tiempo corren gran riesgo de desarrollar retinopatía diabética. Alrededor del 60% de los pacientes de 15 años o mas de evolución presentan vasos sanguíneos dañados en sus retinas. Solamente un pequeño porcentaje tiene problemas serios de visión y un porcentaje aún menor desarrolla ceguera. Se calcula que los pacientes diabéticos tienen 25 veces más probabilidades de ceguera que los no diabéticos.

Un aspecto fundamental para prevenir los problemas derivados de la Retinopatía Diabética es su diagnóstico oportuno, lo que se logra con un control oftalmológico adecuado.

 

Tipos de Retinopatía Diabética

Hay dos tipos de retinopatía diabética.

La primera es la retinopatía no proliferativa:
Se considerada como etapa inicial de la retinopatía diabética. En esta etapa los vasos sanguíneos localizados dentro de la retina presentan cambios de tamaño y su permeabilidad puede verse afectada. La circulación sanguínea dentro de los vasos retinales esta alterada. Por un lado se enlentece y por otro puede disminuir dejando áreas de la retina mal nutridas o poco oxinadas (zonas de isquemia retinal).

En esta etapa al examen del fondo de ojos se pueden ver los vasos retinales de calibre anormal, hinchazón o edema de la retina y hemorragias pequeñas. En algunas oportunidades los vasos sanguíneos alterados pueden provovar depósitos retinales amarillentos que se conocen como exudados.

Aunque en esta etapa la visión puede no estar seriamente afectada, la retinopatía no proliferativa es una señal de peligro; puede avanzar a etapas más graves y dañar la vista permanentemente.

En algunos pacientes, sin embargo, el líquido que sale de los vasos sanguíneos se deposita en la mácula (edema macular). Esta es la parte de la retina que permite la visión central. Las imágenes de objetos situados directamente al frente, la lectura y el trabajo detallado pueden volverse borrosos y la pérdida de la visión central puede convertirse en una ceguera legal.

El segundo tipo es la retinopatía proliferativa: Este tipo comienza de la misma manera que la no proliferativa pero, además, hay neoformación de vasos sanguineos en la superficie de la retina o del nervio óptico. Estos nuevos vasos sanguíneos, de gran fragilidad, pueden desgarrarse y sangrar dentro del humor vítreo, que es la sustancia transparente y gelatinosa que llena el centro del globo ocular. Si la sangre vuelve opaco el humor vítreo que generalmente es transparente, se bloquea la luz que pasa hacia la retina, y las imágenes se ven distorsionadas. Además, el tejido fibroso que se forma a partir de la masa de los vasos sanguíneos rotos en el humor vítreo puede desprender la retina, separándola del fondo del ojo. Los vasos sanguíneos pueden también formarse en el iris y causar aumento de la presión ocular, dando severas pérdidas de la visión.

 

Causas y síntomas

La causa de la retinopatía diabética no se conoce muy bien; sin embargo se sabe que la diabetes debilita los vasos sanguíneos pequeños en varias partes del cuerpo. El embarazo y la presión elevada pueden empeorar esta situación en los pacientes diabéticos.

Los trastornos oculares pueden pasar desapercibidos, a menos que se descubran durante un exámen oftalmológico.
Cuando ocurren hemorragias en pacientes con retinopatía proliferativa, la vista se nubla o se puede perder completamente.
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